El lamentable fallecimiento de un privado de libertad en los calabozos del Centro de Coordinación Policial de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) en la avenida Sucre en Catia, es otra muestra palpable del abandono de sus funciones por parte del régimen rojo.
En esta columna siempre se ha hecho énfasis en que las funciones originarias y principales de un gobierno son el orden, la infraestructura, la justicia y la seguridad. El sistema penitenciario de Venezuela es una universidad del delito, de la violencia y de la muerte; esto forma parte de las funciones de todo gobierno pues tiene que ver con el orden, la justicia y la seguridad. Aunque en la constitución se permite hasta la privatización del mismo, en el artículo 272.
En este sentido, el actual régimen se dedica a 25mil cosas menos a garantizar que los ciudadanos privados de libertad se reeduquen y se reinserten correctamente en la sociedad, generando así mayor inseguridad, porque salen más delincuentes de lo que eran cuando fueron privados de libertad.
Otro ejemplo de lo grave que ha resultado para el país el abandono de las funciones inherentes al gobierno para dedicarse al populismo, el hecho de ver hoy como el Metro de Valencia será inaugurado por segunda vez por los rojos y sin estar terminado, una en 2006 por el convertido en estatua y otra hoy por el que le llaman su hijo; aunque ese proyecto se iniciará en el año 1997 aproximadamente. Esa es la velocidad de los socialistas cuando se trata de obras de infraestructura, pero para becas y crear vagos son muy rápidos.
Esta terrible situación no se resolverá a menos que la ciudadanía entienda que lo necesario es un cambio de filosofía para gobernar, dejar a un lado el populismo y dar paso a la libertad acompañada de prosperidad. Que no te tomen desprevenido.
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