El recién lanzado Plan Operación para Liberar al Pueblo (OLP) representa otra de esas soluciones desesperadas de un régimen que no tiene ni idea de cómo abordar la inseguridad como problema estructural, y no como situación coyuntural.
Durante el tiempo que los rojos han mantenido el poder cada año se inventa un nuevo nombre para un Plan de Seguridad, pero en todos ellos se presentan características comunes que garantizan su fracaso, porque se basan en la represión y no abordan los factores sociales, económicos, culturales, educativos, judiciales y preventivos que hacen a la inseguridad un problema multifactorial.
En ese sentido, sería interesante que expliquen qué sucederá con el delincuente que sea detenido en uno de estos operativos, pues la actual realidad es que pasará a estar en un recinto en el que se hará una especie de curso de postgrado en delincuencia, como lo son las cárceles Venezolanas; claro está, eso es si no obtiene la libertad antes al beneficiarse de la corrupción e impunidad que reina en el sistema judicial venezolano.
No se trata de descalificar al Plan OLP, tal y como dijo el Gobernador de Carabobo Ameliach en recientes declaraciones, se trata de pedir un tratamiento serio para la inseguridad que garantice la disminución a corto, mediano y largo plazo de las condiciones que generan la misma. Las soluciones coyunturales sólo sirven para hacer campañas electorales y publicitarias, pero no evitan el incremento de los índicies delictivos, al contrario crean una ficción de disminución que luego repercute de forma nociva en la sociedad. Que no te tomen desprevenido.
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